Aprendiendo juntos
Las rabietas de las niñas y los niños suelen ser momentos complicados en los que muchas veces no sabemos cómo reaccionar correctamente. Se pueden manifestar de muchas formas: gritos, lloros, quejidos, patadas, manotazos… Algunos las tienen de vez en cuando y otros más a menudo. Como madres y padres nos hacemos muchas preguntas en estas situaciones: ¿Qué causa las rabietas? ¿Qué podemos hacer para gestionarlas? Te lo contamos a continuación.
Sentir rabia es una forma de defensa, es una emoción que pueden sentir los niños y niñas y también los adultos. Sin embargo, el problema nace cuando la rabia tiene una duración, una intensidad y una frecuencia fuera de lo normal, lo que supone que la persona sufra en exceso.
Las causas de las rabietas de los niños y niñas
El origen de la rabieta puede ser muy diverso: cansancio, hambre o incomodidad, por ejemplo. Puede ser que deseen algo, no se lo des y estallen a llorar. No podemos olvidar que, muchas veces, las niñas y niños más pequeños no saben cómo expresar que se sienten frustrados por algo y lloran o patalean como una forma de comunicar lo que sienten.
Sin embargo, si se trata de niñas y niños más mayores, las rabietas pueden consistir en un comportamiento que han aprendido, puesto que, si las madres y padres les dan lo que quieren cuando se enrabietan, ya saben que, si lo hacen, obtendrán lo que desean y, por lo tanto, continuarán utilizando las rabietas como una herramienta para cumplir sus deseos.
En general, las causas de las rabietas se pueden diferenciar en tres grupos:
- El primer grupo está formado por aquellas situaciones en las que la niña o el niño siente que algo es injusto.
- En el segundo grupo encontramos las situaciones en las que la niña o niño se enrabieta porque no alcanza su objetivo y porque algo o alguien se lo está impidiendo.
- Finalmente, en el tercer grupo encontramos las rabietas que se basan en que alguna de las necesidades básicas (dormir, comer, beber etc.) no se están cubriendo.
¿Cómo evitar (si se puede) las rabietas de los niños y niñas?
Las rabietas de las niñas y niños producen situaciones que para las madres y padres son muy difíciles de gestionar, por ello, te damos varios consejos que puedes aplicar en estos casos:
- Recompensa a tu hija o hijo cuando se porta bien (refuerzo positivo). La forma más sencilla de ayudar a tu hija o hijo para evitar rabietas consiste en fijarte en su comportamiento y recompensarle cuando se porte bien. No hace falta que le regales nada, simplemente puedes utilizar palabras positivas y frases como: «Estoy muy contento cuando das las gracias o pides permiso para hacer algo»; «Te has portado muy bien dejando tus juguetes a otras niñas y niños». Otra buena opción es darle un abrazo, un beso o prepararles su comida favorita.
- Permítele hacer elecciones. Es importante que las niñas y niños comiencen a tener autonomía desde pequeños y hagan pequeñas elecciones que les afectan, por ejemplo, puedes dejarles elegir el tipo de bebida que quieren tomar en el desayuno. Pero mantén siempre los límites y no permitas que tome el control de la situación.
- Cambia su foco de atención. Otra acción que suele funcionar para que las niñas y niños contengan su rabieta, consiste en cambiar su foco de atención. No es necesario que des muchas explicaciones, simplemente, por ejemplo, si se enfadan porque no les dejas hacer algo en casa (ver demasiado tiempo la televisión o saltar sobre la cama), ofréceles una alternativa divertida que puede consistir, por ejemplo, en elaborar una receta en familia. El cambio de foco le hará olvidarse de su rabieta y distraerse. Otra buena opción es cambiar de ambiente, por ejemplo, puedes llevar a tu hijo o hija a dar una vuelta por la calle o al parque o cambiarle de habitación para que, con el cambio de escenario, se tranquilice.
- Sigue una rutina. Cuando las niñas y niños saben lo que esperar en cada momento (la hora de ir al cole, del baño, de hacer los deberes, de comer) tendrán una rutina y se sentirán más cómodos. En muchas ocasiones las rabietas derivan de algún cambio que les descoloca y les hace sentir incómodos. Por ejemplo, si tu hija o hijo tiene un horario para comer y dormir es importante que lo respetes incluso durante las vacaciones para que continúe con la rutina. Las acciones repetitivas les aportan seguridad y tranquilidad, a la vez que evitan las rabietas.
- Planifica para evitar que tu hija o hijo tenga hambre o se canse. Si, por ejemplo, vas a pasar un día en el campo con la familia, deberás ser previsor y evitar que tu hija o hijo tenga hambre y se canse. Por lo tanto, deberás planificar y llevar comida y bebida de sobra y un lugar adecuado para que pueda descansar o un juguete para que se entretenga.
- Evita las situaciones que puedan provocar un berrinche. No se trata de que si vas al supermercado evites las zonas donde hay cosas que le gustan y no quieres que se lleve, sino de mantener objetos que no son idóneos para tu hija o hijo fuera de su alcance, por ejemplo, objetos que puedan suponer un peligro o juguetes que no están adaptados para su edad.
- Espera a que se calme si ya ha estallado. Si tu hija o hijo ya ha estallado a llorar o a patalear es fundamental que mantengas la calma y no te enfades. Recuerda que el objetivo es ayudarte a controlar la rabia y no incitarla o agravarla. Relájate, respira, no te enojes y habla con tu hija o hijo con tranquilidad, averigua qué le ocurre, razona con ella o él e intenta calmarlo.
Tal y como has visto evitar las rabietas de niñas y niños requiere mucha calma y conocimiento de las reacciones de nuestras hijas e hijos, y aun así, muchas veces son inevitables. Son circunstancias que, en ocasiones, nos desbordan, pero siempre es fundamental actuar con tranquilidad.
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