Tímido, respetuoso, regular y puntual. Así define su maestro a Siné, alumno de la escuela de Diakobougou, una aldea cerca de Ségou, en Malí. Como muchos otros niños de su pueblo, ahora él tiene la oportunidad de ir a la escuela y se siente feliz: “He aprendido a leer, escribir, calcular y también a recitar. Mi actividad favorita en clase es leer. Desde que empecé la escuela, he podido leer todas las letras del alfabeto Bamanan”, explica Siné con una sonrisa en la cara.

A pesar de los avances en las últimas décadas, en Malí miles de niños siguen sin ir a la escuela a causa de la pobreza, el trabajo infantil, las largas distancias que hay que recorrer en ocasiones para llegar a la escuela, la poca importancia que muchas familias dan a la educación o el matrimonio infantil en el caso de las niñas. Alrededor del 40% de los niños y las niñas en edad de asistir a la escuela primaria no están matriculados en ninguna escuela y, de los que sí lo están, otro 40% no consiguen acabarla, unos porcentajes que todavía son más preocupantes en las zonas rurales y entre las niñas.

Como muchas familias de su aldea, los padres de Siné no pudieron matricularlo en la escuela por temor a no poder hacerse cargo de los gastos que supondría y el niño tuvo que quedarse en casa a cuidar de sus dos hermanos pequeños y hacer las tareas que le encomendaba su madre. Durante una actividad de concienciación a las familias sobre la importancia de la educación conocimos la situación de Siné y, tras varias sesiones de intercambio con sus padres y explicarles que tendría acceso de forma gratuita al material escolar necesario para seguir las clases, se convencieron de inscribirlo en la escuela.

Igual que a cualquier niño de su edad, a Siné le gusta divertirse con sus compañeros de clase durante el recreo. En clase aprende muy fácilmente a leer, escribir y calcular, tal como explica su maestro con orgullo, y su deseo es convertirse también en maestro para servir a su comunidad. Sus padres están muy contentos de haber accedido a inscribirlo en la escuela y cuentan que ahora, “cuando ve algo escrito, incluso en las paredes, lo lee y enseña a leer a los más jóvenes”.

Gracias al trabajo de las personas voluntarias de la comunidad que participan en el proyecto Acceso a la Educación para Todos, que lleva a cabo en Malí Educo y dos ONG socias locales, y hablan con las familias sobre el derecho a la educación y los beneficios de escolarizar a sus hijos, además de a Siné hemos logrado matricular a otros 24 niños de la aldea de Diakobougou que no iban a la escuela, entre ellos 13 niñas y 11 niños.