Nota de prensa
Con motivo del Día Internacional de la Educación
El derecho a la educación debe persistir aún en situaciones de emergencia
24 de enero de 2019 en el marco del Día Internacional de la Educación.
Hoy celebramos por primera vez el Día internacional de la Educación. Resulta sorprendente haber esperado hasta 2019 para proclamar un día tan importante, pero también demuestra que el mundo está reconociendo por fin lo importante que es la educación.
Como organización centrada en los derechos de la infancia, desde Educo aplaudimos esta iniciativa de la Unesco. Compartimos la convicción de que, si bien la educación es un objetivo en sí, también es la mejor manera de garantizar el ejercicio de los derechos, el bienestar y una vida digna.
Actualmente en todo el mundo, 75 millones de niños, niñas y jóvenes en edad escolar necesitan apoyo educativo. Se encuentran o bien en peligro de perder el acceso a la educación o bien ya lo han perdido en países en situación de conflicto o que se enfrentan a situaciones de extrema violencia. Se explica en gran parte porque la educación suele históricamente ser el área que recibe menos financiación en ayuda humanitaria, con menos de 3% del presupuesto global.
Educo es una ONG global para el desarrollo y acción humanitaria que actúa desde hace más de 25 años a favor de la infancia y en defensa de sus derechos. Como miembro de ChildFund Alliance, trabajamos en más de 60 países en todo el mundo. Esta alianza beneficia a más de 14 millones de niños y niñas y sus familias para salir de la pobreza y crear soluciones sostenibles que protegen y promueven sus derechos y bienestar.
Actualmente observamos una tendencia creciente de ataques violentos contra la educación por razones políticas, militares e ideológicas, entre otras. El derecho de la infancia a una educación, independientemente del lugar donde se encuentra o de su identidad, está siendo fundamentalmente ignorado. Hay que poner fin a esta situación.
En América Latina en los últimos años los niños y niñas movilizados han aumentado debido a situaciones de violencia y crisis políticas en sus países de origen. En el más reciente caso de las caravanas de migrantes que huyen de Centroamérica hacia Estados Unidos se calcula que más de 2 mil niñas y niños viajan con estos grupos, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Durante su travesía estos niños y niñas ven interrumpidos y vulnerados sus más vitales derechos, donde la educación sufre la peor parte al no ser considerada como un derecho a garantizar por todos los medios posibles dentro de los procesos de ayuda humanitaria.
En el caso particular de El Salvador, El Ministerio de Educación identificó que en 2017 4,511 niños y niñas se retiraron de los centros escolares debido a la delincuencia, el desplazamiento forzado y por ser víctimas de pandillas. No obstante, debido a la naturaleza del fenómeno muchas familias no manifiestan las verdaderas razones de su retiro, por lo que se invisibiliza en los más de 28 mil casos cuya razón manifestada es “cambio de domicilio”.
De la misma forma, en el periodo 2017-2018, Educo identificó que en los centros escolares en donde se desarrollan sus programas, 346 niñas y niños abandonaron sus estudios por razón de desplazamiento forzado y 287 lo hicieron por razones de migración.
A los niños y niñas que migran de manera irregular, así como a los que se encuentran en situación de desplazamiento forzado, se les debe garantizar una educación de calidad en igualdad de condiciones. Aportar financiación y medidas específicas para los niños y niñas que se encuentran en esta situación tiene que ser una prioridad regional.
La educación en emergencias es de suma importancia ya que los niños y niñas fuera del sistema educativo son más vulnerables a la violencia sexual y de género, al extremismo violento, matrimonios forzados, embarazos precoces, trabajo infantil y reclutamiento por parte de grupos armados. El acceso limitado a la educación dificulta la recuperación de un niño o una niña de una crisis. Para generaciones de niños y niñas atrapados en situaciones de vulnerabilidad, esta falta de oportunidad conduce muy a menudo a perpetuar el ciclo de pobreza.
El mandato humanitario de Educo es de proteger, apoyar y asistir a las personas más vulnerables, especialmente niños y niñas, en su derecho a la vida y a la seguridad, a la dignidad y una cobertura integral de sus derechos y necesidades frente a situaciones de riesgo y de emergencia humanitaria. Para ello, el acceso a la educación es fundamental. La educación tiene que estar en el centro de la acción humanitaria, de lo contrario, los Gobiernos seguirán fallando a millones de niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
Es alentador ver que algunos Gobiernos e instituciones por fin reconocen la necesidad de centrarse en la educación en situaciones de emergencia, no obstante, el progreso alcanzado en relación a la educación sigue siendo insuficiente.
Si queremos que los países que acordaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas alcancen y cumplan con la Agenda Educación 2030, es necesario que las diversas instituciones que trabajamos por los derechos de la niñez y la sociedad misma, presionemos a los Gobiernos para desarrollar políticas específicas que garanticen el derecho a la educación aún en situaciones de emergencias.
Necesitamos que los niños y niñas tengan la oportunidad de aprender cada día y no ser los grandes olvidados.
Para mayor información contactar a Vanessa de Chorro, Responsable de Comunicaciones de Fundación Educo El Salvador
Deja tu comentario