El libro La soledad de los errantes representa una pequeña contribución de la Fundación Educación y Cooperación – Educo para visibilizar el impacto humanitario del que son víctimas las niñas, niños, adolescentes y sus familias debido a otras formas de violencia, particularmente debido al desplazamiento interno forzado. En El Salvador las tres principales causas de desplazamiento interno identificadas en el informe Señales de una crisis, elaborado por Cristosal y Educo en coordinación con otras organizaciones de la sociedad civil, fueron amenazas (67.2 %), homicidio de familiares (29.8 %) y temor a los hechos de violencia que ocurren en sus comunidades (22.5 %). Estas situaciones tienen un mayor impacto sobre la vida de la niñez y adolescencia, ya que les limitan considerablemente sus posibilidades de poder crecer y desarrollarse en un ambiente seguro que les permita el goce pleno de sus derechos.

Visibilizar y sensibilizar sobre este impacto constituyen un paso fundamental para seguir avanzando en la construcción de políticas públicas que permitan su prevención, así como la atención y restitución de los derechos de las víctimas. Con este objetivo en mente, estamos dejando en sus manos una colección de relatos breves basados en historias de la vida real, como una forma novedosa y sobre todo segura para las víctimas de poder contar aquellas situaciones de las que nadie quiere hablar y mucho menos asumir el nivel de responsabilidad que a cada cual corresponde.

Para Educo, el imperativo humanitario de salvar vidas, procurar desarrollo y aliviar el sufrimiento representa el ideal más alto de nuestra organización, por ello nos desafiamos día con día para buscar alternativas diversas, innovadoras y eficientes que respondan a las necesidades específicas de las poblaciones viviendo en situación de vulnerabilidad. Somos además conscientes de la enorme responsabilidad y retos que ello representa, por eso promovemos asocios estratégicos que permitan integrar esfuerzos para lograr más y mayores resultados a favor de la infancia.

Queremos agradecer a cada una de las personas víctimas de violencia social que tuvo la confianza con nuestra organización para dejarnos entrar y conocer su historia. Sepan que el miedo, desánimo, incertidumbre y añoranza por recuperar lo que un día les fue quitado es ahora la razón que nos compromete y motiva a buscar soluciones duraderas para sus vidas.

Alicia Ávila
Directora País Educo